Herencia artesana y pasión por el buen vino!
El vino Señorio de Bocos no sólo es placer para los sentidos, sino también medicina y energía para el cuerpo y la mente. Estimula el apetito, favorece la digestión, atenúa los estados melancólicos y es un gran vasodilatador y cardioprotector.
El Arte de saber hacer vino de Calidad
Generaciones de viticultores que horadaban "bocos" en las laderas próximas al río, logrando en su interior inigualables condiciones naturales para la elaboración y crianza del vino, dieron nombre al pueblo de Bocos de Duero.
Sobre todo en el proceso de fermentación del vino pero también durante la crianza, los 'bocos' necesitaban buena ventilación y, por ello, los dotaban de respiraderos perforados a modo de chimeneas que salían a lo alto del monte; para evitar que por esos huecos cayeran animales o personas, los remataban con unas construcciones de piedra que se denominan "luceras".
Desde una cualquiera de esas luceras podemos ver los tejados del pueblo de Bocos de Duero y al fondo, en lo alto, nuestras bodegas.